Esposas rentadas en La corporación, de Fabián Forte

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por Claudius




Irse del cine con una sonrisa es algo tan placentero como atípico. Y que eso pase con el cine argentino es directamente una quimera. Por eso encontrarme con La corporación, de Fabián Forte, me llena de esperanzas. Es posible que se abra paso un cine que haga un planteo diferente.

Afiche de promoción.


¿De qué se trata La Corporación?

La película plantea una realidad donde las personas se relacionan mediante contratos. O por lo menos algunas personas. Las que tienen dinero para pagar el servicio de una empresa muy controvertida. Esta corporación cumple un sueño, en principio, imposible de alcanzar: tener a la pareja perfecta. La cara, el cuerpo, el estilo que el cliente desee. La forma de hablar. Hasta los diálogos. Todo a gusto del consumidor.

Una realidad alternativa sin robots

En efecto, no se trata de robots lo que ofrece la empresa. Por eso bordea el género de la ciencia ficción pero se queda en la orilla. Es más bien una realidad alternativa. Una especulación que bien podría suceder ahora, en el presente. Felipe Mentor, empresario, está casado con Luz, una mujer que trabaja para la corporación. Mediante un contrato, ella se compromete a cumplir una determinada cantidad de horas y a simular que es la feliz esposa de este hombre. Le dirá lo que él quiere que le diga. Se comportará como él quiere que se comporte. Se vestirá como a él le gusta que se vista.

Felipe y Luz, en la cama.


La simulación

Desde el principio la película quita el velo de la relación. El espectador siente que es una farsa desde el primer segundo. La tensión no se produce ahí. La tensión de la trama se ubica en el tormento del protagonista. Felipe se enamora de la mujer que actúa de su esposa. Quiere tener un hijo con ella. La persigue y busca conocer su vida real. Pero, oh sorpresa, la vida real de Luz parece menos real que la de fantasía.

Si los seres vivos tienen que simular para sobrevivir, como diría Darwin, la simulación altera la realidad. Altera la percepción del mundo donde vivimos. ¿Cuál es el límite de la actuación? ¿Una relación por contrato no sería la continuación de una escena teatral? ¿Un beso en el cine no es amor por contrato? Bien podría pensarse que la corporación no es solo una empresa oscura sino que es toda la industria del entretenimiento. Reality shows, parejas mediáticas, casamientos de actores de Hollywood.

En definitiva, La corporación reflexiona sobre la naturaleza de las relaciones y su mercantilización. También sobre el capricho del ser humano, que busca la imposible. En este caso, encontrar lo esencial en una relación falsa. La película se sostiene sobre una reducida cantidad de escenarios, grandes actuaciones, personajes bien constituidos y una historia que cuida los detalles.

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