La princesa está triste (Diana, la película)


por Paulo Mallozzo


El director de la película, Oliver Hirschbiegel, tomó la decisión de ir por lo simple. Para qué meterse con la monarquía inglesa y las teorías conspirativas acerca de la muerte de la persona a quien se pretende retratar. Eso, para qué. Para qué salirse de lo ya conocido por el público. El señor Hirschbiegel decidió que su recorte fuera la relación amorosa entre un médico pakistaní y Diana, después de la separación de hecho entre el matrimonio real. Eso trajo un problema nos mostró a una Diana incompleta.

Para poder entender por qué Diana era como era, habría que haber indagado/mostrado su infancia, su casamiento real, su rol como madre, como esposa, su relación con la corona, sus problemas alimenticios, su forma de actuar puertas adentro. Omitir todo esto es hacer una película distinta a la esperada, a una película biográfica. De no ser por el lujo del palacio y los paparazzis, bien podría haber sido la historia de otra persona. Y puede que sea el punto elegido por el director. ¡Pero es Diana, la princesa de Gales! Precisamente su título, sus trabajos de beneficencia y relaciones políticas hicieron de ella una figura de interés público.

Ahora, olvidense de todo lo que dije. Aceptemos el enfoque de drama romántico. Es un film que no transmite pasión. Lo único que hace Diana como osado es utilizar una peluca negra para ir por la calle y no ser reconocida. Y por supuesto que no va a ser reconocida si la única caracterización que le hacen a Naomi Watts es una peluca. Ya me  parece raro que Clark Kent con un par de anteojos sea irreconocible. No me vengan con que una de las mujeres más públicas del mundo con una peluca castaña zafa. Además, lo único que imposibilita su amor son los paparazzis y el chusmerío de la clínica.

Así nos simplifican a Diana. Nos la presentan como una mujer de beneficencia que entrega cheques en escuelas y que visita hospitales. A una mujer inestable emocionalmente (contado por ella misma porque no se le ocurrió ni siquiera hacer un flashback ni nada de eso) y su relación con un médico que no prospera por los flashes de varias cámaras de fotos.Y para colmo de los colmos me ponen a Sayid de Lost en el papel de médico y a un Dodi Fayed que aparece de la nada en su vida.

Así es la historia de una princesa, llena de escenas que no cuentan nada de ella.


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