La sospecha


por Paulo Mallozzo





Título original: Prisoners (2013)



Día de acción de gracias. Dos familias vecinas se juntan a comer. Los Dover y los Birch, dos matrimonios con hijos de la misma edad. La pequeña Anna pide permiso para ir a su casa, junto a la otra niña, a buscar un silbato. Un silbato que utiliza como protección, algo que le dio su padre ultra controlador y previsor. Los padres, como no podía ser de otra manera, aceptan el pedido de Anna pero con la condición de que los adolescentes las acompañen. Las pequeñas niñas desobedecen, salen solas y desaparecen de la faz de la tierra.

Policía, ¿usted tiene niños?, pregunta la madre de Anna mientras llora. Escena típica si las hay. Al menos desde Mi pobre angelito la recuerdo y ¿cuánto años tiene Culkin? En serio, ¿piensan que eso va a generar presión en el personal policial? Que le importe sus hijos, no signfica que le importe los demás. O que sea idóneo para buscar hijos. Y al revés. De cualquier manera, la intriga en la película está. ¿Dónde están las niñas? 


El principal sospechoso que aparece es Alex Jones (Paul Dano), un adolescente con cara de patológico. Su casa rodante estaba fuera antes de que desaparecieran las niñas. Asimismo, trata de huir ante la búsqueda policial. La policía chequea toda la camioneta, lo interroga y resulta que el chico Alex no entiende demasiado cuántos pares son dos botas. El detective Loki (Jake Gyllenhaal) cree que es inocente. Pero el padre de Anna, no. Cree que miente, que sabe dónde están las niñas. Así se desarrollará la película con una ausencia, una línea de investigación que sigue la policía, otra que sigue el padre Keller Dover (Hugh Jackman). ¿Quién tiene razón? ¿Recuperarán a las niñas? ¿Qué hay detrás de todo esto? Prisoners es una película de suspenso que no voy a alabar. No obstante, debo decir que cumple con uno de los puntos claves para aprobar una película de suspenso: mantenernos más de dos horas y media con el deseo de saber qué pasó.








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