Título original: Casablanca (1942)
Director: Michael Curtiz
por Don Cisco
El reestreno de Casablanca, tragedia de amor por excelencia, nos permite reflexionar sobre si es necesario volver a pasar los clásicos en la pantalla grande.
Parece que un día a los directores de Hollywood se les ocurrió reestrenar todas sus viejas películas en el cine. ¿Alguna secuela de la huelga de guionistas? Ni idea, pero la cuestión es que a veces tienen sentido los reestrenos, en otras no. A mí me mandaron a ver una película que no tenía sentido devolver a la gran pantalla. Sí, ya sé, no me tiren tomates, Casablanca es la máxima expresión del romanticismo, el papel de la vida de Ingrid Bergman, de Humphrey Bogart. Pero la cuestión es que me comí 102 minutos en el cine con una película ¡en blanco y negro!, donde todo pasaba en el mismo lugar. ¡Hola, teatro!
La eterna pelea de los yanquis contra los nazis, sus villanos favoritos (quizás los únicos frente a los cuales quedan como buenos). Eso sirve de contexto para una trágica historia de amor entre Ilsa, la mujer de un héroe de la resistencia, y Rick, el dueño de un bar en la ciudad de Casablanca. Rick tiene la sartén por el mango. Es el único que puede ofrecer un salvoconducto al esposo de Ilsa, perseguido por los nazis. Y eso no es nada. Ilsa no ama a su marido, lo ama a él, a Rick. Tiempo atrás, entre ellos dos hubo un amor apasionado. Sin embargo, no, Rick prefiere ser el héroe, sacrificarse por algo más grande que él, esas circunstancias históricas que opacan cualquier deseo personal. Y la deja escapar. Lo mismo Ilsa. No importa quién sea su verdadero amor, en tiempos de guerra hay que hacer lo correcto.
En fin, la guerra mata el amor. Pero lo mata sin grandes combates. Sin espectaculares puestas en escena. Nada que justifique la pantalla grande y el sonido envolvente. Cuando llegó el final, les juro que esperaba ver el video alternativo en Los Simpson. Que Ilsa saltara del avión y le cayera sobre la cabeza a Hitler, que sale de una caja. “Pásala de nuevo, Sam”, parece que dicen los productores, y acá está Casablanca, en los cines otra vez. Yo la hubiera dejado en el recuerdo, como ese gran clásico que supo ser.
Comparto. Tengo un buen recuerdo de la peli, incluso la volví a ver hace poco en mi casa. Pero no da para verla en el cine. Quizá vaya a verla algún abuelo que no la haya vuelto a ver y no tenga pantalla casera donde hacerlo, jaja.
ResponderBorrarSaludos!
Ahh, una de las mías, gracias por el comentario!
ResponderBorrarCasablanca es un clásico. Y los clásicos se disfrutan en pantalla grande. No le neguemos a las nuevas generaciones ver películas que han sido hitos en la historia del cine. Además, conozco a mi compañero Don Cisco, no pensó lo mismo del reestreno de Volver al Futuro. Me pueden explicar ¿cuál es el sentido de reestrenar algo que pasan todos los días en algún canal de cable y que uno ya se sabe el guión? Es algo que a los amantes de ciencia ficción les encanta, por eso el reestreno. Por eso el horario de la madrugada. Dejemos vivir a los nerds en paz. A los románticos, también.
ResponderBorrarPara ser un crítico de cine hay que amar en verdad el cine, Casablanca es un clásico de clásicos, no porque haya sido grabado en blanco y negro, sino por la fuerza del argumento, el caracter de las actuaciones, la parquedad de Humprhey Bogart como un hombre al que no le importa nada y sin embargo es capaz de realiza el sacrificio más sublime que no cualquier hombre puede hacer, la actuación de Peter Lorre y Claude Rein simplemente maestros, verla en pantalla gigante es darnos la oportunidad a las nuevas generaciones de disfrutar de una joya, que al contrario de las nuevas películas basadas solamente en efectos especiales, y punto aparte diré que me encantan los efectos especiales, le quitan la importancia a los diálogos y simplemente la actuación queda de lado para dar paso a la tecnología; es por eso que Casablanca entre otras películas de su época es invaluable; a pesar de que crecí en la época de los 80, comparto la opinión de Anabella y suplico por favor que la próxima que comente un llamado crítico del cine lo haga alguien que en verdad ame el cine.
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