¿Y ahora adónde vamos?, al cine seguro que no

Título original: Et maintenant on va où? (2001)

Director: Nadine Labaki



por Paulo Mallozzo


 

Un pueblo, atravesado por un conflicto religioso entre cristianos y musulmanes, se está destruyendo. Para que haya paz, un grupo de mujeres intenta evitar los desbordes de los hombres.


Mujeres en traje de baño y pose sensual.
Me dijeron que tenía que ver esta película porque estaba en cartelera y todos ustedes quieren saber si vale la pena gastar unos treinta pesos de entrada. A decir verdad, viendo las espantosas ofertas de cine que hay hoy en día, esta me llamó la atención por la temática. Cuando vi el tráiler dudé, pero por experiencia sé que a veces las sinopsis y los trailers no dicen mucho, o no dicen lo que realmente es. Así que fui a verla.

Supuestamente es una comedia, una comedia dramática. Esto quiere decir que no nos va a tener a pura risa toda la película, pero que al menos nos tiene que sacar una sonrisa, tiene que tener algún chiste, algo. Pero nada. En los 110 minutos no vi nada gracioso. Gracioso no es sinónimo de bizarro. Lo bizarro de la película es que aparecen al principio unas mujeres haciendo una coreografía, luego hay partes de musical cantado. Sí, confieso que detesto con pasión los musicales. Pero entiendo cuando están metidos forzosamente y son espantosos y cuando quedan bien.

Por otra parte, no hay desarrollo de los personajes. No se llega a sentir empatía ni apatía por ninguno de ellos. Por tanto, no se logra tampoco el contenido dramático de la historia. Más que invitar al espectador a la reflexión, lleva al público a decir: “Qué brutos que son”.

Además hay situaciones que no se explican nunca. Pero no es una queja porque quiero todo masticado, sino porque termina siendo un sinsentido, no hay punta de donde desovillar.

Mujeres en procesión.
Por último, no se entiende la intención de la película. ¿Quiere ser reflexiva? ¿Entretener? ¿Que nos emocionemos? ¿Qué quieren de mí? La verdad es que el argumento es todo una farsa y encima mal narrado. Se supone que los cristianos y musulmanes se pelean por pavadas que llevan a grandes desgracias y que son los hombres fogoneros de esta diferencia. Claro que los guías religiosos quieren la paz entre las comunidades, el alcalde y las mujeres también. Se nota que no saben nada de conflictos de medio oriente. ¿¡Desde cuándo las instituciones políticas y religiosas están a favor de la paz!? Si bien es cierto que hay que aceptar las reglas del autor, esto es solo si al menos hay un juego interesante propuesto, sino es pura tergiversación de la historia para nada.

Cómprese un cuarto de helado, que es más digestivo. Mi puntaje es un dos, porque estoy de buen humor, ayer pasaron Karate Kid 2 en el cable.

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