Carmela: Estamos acá, Carnaza.
Carnaza: Buenas y santas.
Camacho: Hola, Carnaza.
Carnaza: Pero si serás, Camacho, ya cortaste el pan dulce.
Camacho: Quería probarlo. Tenía pinta.
Carnaza: Si sabés que es una mierda. Todos los años nos reparten lo mismo. Bueno, acabemos con esto de una vez.
Pantochi: Sí, señor.
Carnaza: Bueno, un año más de trabajo. El año que viene va a ser el último año que estoy acá, por suerte. Esperemos que resolvamos el caso. Y bueno, están todos despedidos.
Pantochi: Pero, pero, ¿por qué?
Camacho: No es cierto, siempre le gusta decirlo.
Carnaza: Bue, es mi debilidad. Me descubrieron.
Carmela: Ay, menos mal. Si no qué hacía, tengo los pasajes comprados.
Pantochi: ¿A dónde te vas?
Carnaza: Bueno, basta de palabrerío, abramos la sidra, comamos lo que queda de pan dulce y se acabó. Se van todos a su casa. Por unos días no les quiero ver ni la sombra.
Carmela: Después te cuento. Pasame un pedazo de eso.
-…solo tu cariño, solo tus palabras…
-Hola.
-¿Detective Pantochi?
-¿Quién habla?
-No importa quién habla. Tengo información para darle.
-¿De qué se trata?
-Del caso de Verónica Casco. ¿De qué otra cosa se va a tratar?
-Dígame, lo escucho.
-El día del crimen, Verónica llegó a su casa, la trajo un auto. A altas horas de la noche, no recuerdo bien, pero sería medianoche, llegó una persona vestida de médico o algo así.
-¿Quién es usted? ¿Por qué no dijo esto antes?
-Tenía miedo. Es un caso con mucha exposición mediática. Y no podía revelar que estuve ese día en ese edificio. Se acabaría mi matrimonio.
-¿Podría haber sido Rudy Scon?
-No, estoy seguro. Era bastante rubio.
-Quizás podríamos identificarlo.
-Miré, yo ya hice lo que tenía que hacer. Me costó mucho llamarlo. No tengo más que ver en este caso.
-Está bien, pero si recuerda algo, no dude en llamarme. Mantendré su secreto a salvo.
-Está bien. Chau.
-Chau. Gracias.
-Carmela.
-Pantochi, mirá la hora a la que llamás.
-Sí, perdón. No podía dormir.
-Ajá, y no podías dejar dormir a los demás.
-Es importante. Si no, no hubiera llamado.
-Dime.
-Bueno, no sé cómo empezar.
-Ay, por Dios, Pantochi.
-¿De verdad te vas de vacaciones? ¿Cuándo? ¿Con quién?
-¿Me llamaste por eso?
-No, por el caso.
-¿Qué sabés del caso?
-¿Te vas de vacaciones a..?
-No importa eso, después hablamos. Decime lo que sepas del caso.
-Recibí una llamada anónima. Un desconocido dice haber visto a un tipo vestido de médico ingresar a la casa de Verónica a eso de la medianoche.
-Qué raro.
-Sí, lo raro es que ese médico o supuesto médico no haya dicho nada.
-¿Vos le crees a ese tipo?
-Es lo único que tenemos. Tenemos que averiguar.
-Quizá sea para despistar.
-No, porque después interrogué a Margot y a Polito juntos, les hice un careo.
-¿Por qué no me avisaste de esto?
-¿Por qué no me avisaste vos que te ibas de vacaciones?
-¿Te das cuenta de que estás actuando como un verdadero idiota?
-Perdón, perdón.
-Bueno, decime qué te dijeron, qué sacaste de conclusión.
-Ella reconoce que Verónica ese día se sentía mal y que se fue a su casa por prescripción médica. Pero Polito dijo que Verónica había llamado diciendo que no iba a poder ir al día siguiente, por lo que supone que le debe haber mandado un médico. Ella niega totalmente haberle enviado un médico, dice que lo iba a hacer el día siguiente. Discutieron entre los dos. Creo que por el aspecto de la conversación, no sé, es intuición mía, el vestuarista cree que fue estafado, usado por ella. Pero también es cierto que está más desesperado que ella. Cree que se puede meter en un gran lío, ya no lo toma como un juego el tema de nuestros llamados o visitas.
-Entiendo. ¿Y sacaste algo más?
-Sí, él repetía constantemente lo mismo. “¿Qué beneficio voy a sacar de todo esto? Fíjense quién saca beneficio de esto”. Y ella la última vez que repetía esto dijo: “Y yo qué beneficio voy a sacar”. Y él contestó: “Tu película anterior que te dio miles de pérdidas se estrenó al fin, ahora vas a estrenar otra película que va a darte mucha plata por la prensa que tuvo y te sacaste de encima a Scon, al director que no querías tener más en tu compañía ni en tu vida y al que tu inversionista defiende".
-A la mierda, todo eso dijo.
-Sí, todo eso. El punto es por qué Scon no dice nada. El punto es que no tengo pruebas contundentes para detenerla a ella, pero sí a Scon.
-Sí, así es. No podés basarte en los dichos de un vestuarista. Menos sabiendo cómo es.
-Ay, Carmela, igual esto no me cierra.
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Juego de cine
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Estoy de acuerdo con Polito. Ya dije que esta Margot me olía mal.
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