Título: Kramer vs. Kramer (1979)
Kramer vs Kramer es una clásica
película dramática. No hace falta contar la historia de un
genocidio, de una enfermedad terminal, para hacernos vivir emociones
intensas. Esta es una historia común, que muchos espectadores han
vivido: la separación de los padres. Las primeras escenas te van
armando el nudo en la garganta hasta que al final lloras a moco
tendido.
Es una película de Robert Benton, de
1979. Lo de la lucha por las tutelas era un tema bastante actual en
esa época. Con esta película se pone en cuestión la naturalización
de la maternidad. Claro que el cuestionamiento no viene de parte de
las instituciones, sino de la propia madre. Hasta el momento, muchos
creen que existe un instinto maternal por el cual es mejor que los
menores queden bajo la tutela de su madre. Pero algunos expertos
disienten con eso. Dependerá del caso y de los deseos del propio
niño.
También muestra que las mujeres tienen
derecho a cambiar su vida, sin “motivos socialmente válidos”. No
tienen por qué resignarse a vivir en una casa sin atención, sin
ningún tipo de expectativas personales. Por supuesto que también es
un debate para el espectador, porque durante el proceso judicial se
le pregunta si el marido le había pegado para decidir el abandono
del hogar.
Hasta el final la madre se ve como
egoísta. Se fue cuando quiso, hizo lo que quiso. Y ahora viene a
desarmar una situación cuando ya se acostumbraron a vivir solos.
Pero ¿cuál es el egoísmo mayor?, ¿el de él que se ocupó de su
profesión y no les prestó suficiente atención a su familia, o el
de ella que se va a experimentar una nueva vida? Ese es el debate.
Nuevamente egoísta. Cuando humanizan al niño, se dan cuenta de que
la cuestión no está en el instinto maternal, ni en el dinero, ni en
quién fue más egoísta, sino en qué lugar o situaciones se siente
más cómodo el niño.
Puntaje: 9
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