Gladiador, versión extendida, en DVD

Título original: Gladiator (2000)


por Don Cisco



Gladiador, que causó sensación en los cines allá por el año 2000, llega en forma de DVD con escenas extra que vuelven más robusto el relato.


Un héroe al que su ejército ama. Un héroe sediento de venganza por el asesinato de su familia. Que no piensa parar hasta que el nuevo emperador romano quede hecho paté. Y por si eso fuera poco, el Coliseo de Roma y unas espectaculares batallas entre gladiadores. Magnicidio, fraticidio, incesto, infanticidio, sangre, Ridley Scott, Russell Crowe y una buena banda sonora. ¿Hace falta algún condimento más para una película épica?

Resulta que Máximo es un general romano imbatible, que pelea contra los galos su última batalla antes de retirarse al campo, con su familia. Pero en un ratito el mundo se le pone patas para arriba. El emperador, a quien Máximo consideraba un padre, muere a manos de su hijo Cómodo. El nuevo emperador le exige lealtad, pero como Máximo es nuestro héroe de la gran pantalla, por supuesto se niega a tan poco virtuosa función. A Cómodo mucho no le gusta, entonces lo manda a matar a él y a su familia, incluido su pequeño hijo. Por supuesto, Máximo safa a puro espadazo de que lo liquiden, pero su familia no corre la misma suerte. Desde ese momento, jura vengarse del emperador verdugo. Y empieza como gladiador desde las inferiores. Pelea en pueblos periféricos con el único sueño de llegar al gran Coliseo y tener frente a frente al malhechor.

Las escenas de lucha, desde el primer minuto de película, están muy bien logradas. Siguen el camino de Braveheart y te obligan a poner al máximo el parlante y vibrar. Además, como anticipaba al comienzo, están todos los ingredientes. El emperador le tiene tremendas ganas a su hermana, que lo tiene que drogar para que no se le abalance. La hermana, a su vez, tiene un flechazo con Máximo. Los senadores también especulan con lo favorable que sería tener al gran gladiador de su lado. Y sí, porque a Máximo el público lo ama, igual que como lo amaban sus soldados.

Como frutilla del postre, Gladiator tiene un final que desafía a los escépticos. El emperador, el mismísimo emperador, baja a la arena del Coliseo para enfrentar a nuestro héroe. El escéptico pensará “¿Cómo? Ni de casualidad un emperador va a pelear en la arena con un don nadie”. Señores, Ridley Scott no deliró. En efecto, el emperador al que refiere la película solía combatir de esa manera. ¿Les conté el final? Bueno, no se pongan exigentes, la película es de 2000, seguro la vieron. Y si no, véanla igual que vale la pena, incluso con final contado.

La versión extendida incluye trece escenas nuevas. Entre ellas, una en que Máximo habla con Quinto, el lugarteniente que lo traicionó. Sirve para conocer un poco más las motivaciones de esa sabandija. También, en otra escena, podemos ver a Cómodo, el nene de papá, ordenar la ejecución de dos pretorianos leales a Máximo. Lo mismo, sirve para darle más robustez a la película. Porque en un momento pensás, ¿qué onda los soldados que amaban a su general? O, ¿no hay rebeliones entre los pretorianos? ¿No pasa nada? Bueno, el emperador se encargó de bajarles los humos a los disidentes. Por si eso fuera poco, la colección de DVDs cuenta con un documental de varias horas que explica los cambios en el guión, las escenas que no se pudieron filmar, etc. Una maravilla.

8 de 10, épica para alquilar balcones

2 comentarios:

  1. Mira que eres malo Cisco. Esto es un artículo de algo?. Alelao!!!

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    1. Tengo el gen del mal, salió en el análisis de sangre que me hice el otro día.

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