por Paulo Mallozzo
Un análisis sobre el curso de la carrera de Renee Zellweger.
En este momento usted se estará preguntando a qué delirante se le
ocurrió que una actriz gringa, con cara regordeta y ojitos pícaros,
encarne a la morena, pulposa y latina JLO. ¿Es así? ¿Sí? ¿No se le
ocurrió pensar que puse un título para llamar la atención? Bueno, no se
enoje, cada uno tiene sus recursos. Ocurre que tengo para decir algo muy
importante. Pero no sé cómo decirlo. Voy a intentar pronunciar las
palabras despacito para que los fanáticos no se enojen, porque ambas,
como todo participante finalista de reality, son queridas por el
público. Cada vez que veo a Jennifer López en una película cambio de canal porque
seguro es maaaaaaala. Es una fija. Si JLO está, la película es una
caquita, caca, miiiiiiiiieeeeeerrrrrrda. Ay, qué alivio, lo largué.
Bueno, Renee Zellweger está por ese camino.
¿Vio “Nueva en la ciudad”? Mírela, no tiene desperdicio. Se trata de una
ejecutiva que tiene que viajar a un pueblito de morondanga a cagarse de
frío y morirse de aburrimiento. En realidad, no. Va a reestructurar una
fábrica, o sea, a despedir gente. Al principio, Lucy Hill (Renee) será
hostil con los pueblerinos hasta que después se encariñará. Y como no
podía ser de otro modo, es soltera y encuentra el amor allí. Siguiendo
este lineamiento, buscará la forma de reestructurar sin echar a nadie y
encontrará un nuevo producto: la tapioca. La temática es común, pero ese
no es el problema. El problema es cómo está contada la historia. Muchos
clichés, graves problemas narrativos en lo que se refiere a la relación
entre principio, nudo y desenlace. En fin, sigamos.
Caso 39, otro "peliculón". Una asistente social se lleva a una niña
desamparada a su casa. Resulta que los padres la quisieron quemar en un
horno. Qué crueldad. Pero sucede también que deberían haberlo hecho
porque está endiablada. Otra película de los niños malditos.
Por si fuera poco, parece que grabaría Bridget Jones’s Baby. Si para la
primera parte engordó, y en la segunda engordó más, imagínense lo que
tendrá que engordar para esta. Ya era innecesaria la segunda parte. Pero
el éxito del personaje ha llevado a filmar Bridget Jones: al borde de
la razón (2004). Como sucede en algunos casos, las segundas partes
pierden calidad. Los protagonistas son los mismos, en un sinsentido
argumental. ¿Por qué nuestra Bridget conversa y cena con Daniel Cleaver,
un engañador compulsivo? ¿Por qué estaría tentada a volver con Cleaver
cuando tiene a Darcy? ¿Por qué la película se basó en un viaje a
Tailanda, cárcel por drogas, cover de Madonna, tentación afectiva con
Cleaver y no los celos de Bridget y su estrategia para mantener su
relación con Darcy? Da la sensación de que la propuesta fue: qué bien nos
fue, hagamos una segunda parte. Para cambiar, que se desarrolle en otra
ciudad. Ojalá reflexione a tiempo y tome mejores guiones.
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