por Paulo Mallozzo
Los Dioses Rotos es una película escrita y dirigida por Ernesto Daranas sobre el proxenetismo en Cuba. Una profesora universitaria, interpretada por Silvia Águila, comienza una investigación sobre el tema, y eso la pone en peligro.
Tuve la oportunidad de ver esta película en Cienfuegos, Cuba. Allá, como
en toda la isla, los cines tienen un estilo viejo. Sin querer, vivís la
experiencia de Volver al Futuro. Un rato antes de la película, ¿10
minutos?, te venden la entrada, un cartoncito sin numeración. El precio
es económico, serán unos 20 centavos argentinos. Parecía que era el cine
ideal. Entrada barata, no había cola ni venta de pochoclos. Todo iba
muy bien hasta que empezó la película. Ustedes dirán, qué desgraciado,
apenas empieza y ya saca una conclusión. Pero no me refiero a la
película en sí sino a la costumbre cubana de ingresar al cine, gritar el
nombre de la persona conocida que ya está dentro para ubicarla y
sentarse al lado.
Me gustan las películas cubanas porque como películas latinas, no se
autocensuran en las escenas de desnudez. Por cierto, aprovecho para
decir que detesto la censura de los canales de cable. El otro día vi
Dodgeball y quitaron la parte del beso lésbico final. Eso no se hace, muchachos.
Estamos en el 2012. Volviendo a Los Dioses Rotos, debo confesar que me
generó una sensación extraña. Las actuaciones no eran muy buenas y la
musicalización de las escenas de acción me trasportaba a series
policiales antiguas. Aun así me resultó interesante. Y eso para mí es
una concesión importante, ustedes sabrán. ¿Por qué me atrapó? Primero
porque la película trabaja uno de los principales problemas en Cuba, la
prostitución y el proxenetismo. Hay una ley que castiga este problema, y el gobierno está en condiciones de hacerla cumplir. Pero tienen un gran dilema que va más allá de la legislación:
el tema económico. La actividad económica principal es el turismo y la
diferencia entre el dólar y el peso cubano es gigantesca. Es por eso que
hay una desesperación por conseguir dólares como sea. Esto no
quiere decir que el cubano no quiera a su propio país y su moneda. Pero
la diferencia hace que prefieran el CUC (pesos cubanos convertibles).
Por otra parte, es sabido que el turismo y la prostitución tienen
estrecha relación. Muchos turistas, sobre todo los que van a hoteles
lujosos a tomar cócteles, no quieren que se les niegue la posibilidad de
llevarse una señorita latina a su cuarto. La sanción hace al
proxenetismo, porque la muchacha necesita de un padrino para poder
realizar la actividad. Pero quitar la sanción al proxenetismo tampoco
lo evitaría. Como decía anteriormente, es un tema económico más que
legal. La película no tiene toda esta reflexión, se basa más en el
funcionamiento mafioso de las redes del proxenetismo tanto en el pasado como
en la actualidad. Sin embargo, resulta un cine reflexivo en una historia
con contenido de violencia y amor.
Otra cosa que me resultó agradable
fueron las imágenes. Me gustó la calidez de los colores, la iluminación,
los planos. Hicieron escenas de acción y violencia sin grandes efectos
especiales, con el efecto de la buena selección de imágenes y ángulos.
Esto demuestra que se puede hacer un trabajo contundente con pocos
recursos.
Para finalizar, recomiendo que sea vista. Le pongo un 6 porque soy exigente, lo saben.
Como un viejo cine de pueblo donde la gente que va se conoce. Lindo eso.
ResponderBorrarAsí es. Me recordó a Cinema Paradiso.
ResponderBorrar