Mary and Max, la inexpresividad en una animación muy expresiva


Título original: Mary and Max (2009)



por Tincho

 

 

Muñecos de plastilina cuentan una historia dramática que conmueve igual o mucho más que cualquier primer plano de un excelente actor.


Mary escribe una carta para Max.
Para serles sincero, me encanta la animación estilo Stop motion. Mucho más si son de plastilina. No sé si se acordarán pero pasaban antes, en Cartoon Network, unos minutos de Soap Opera. Se trataba de unas frutas que hacían unas formas extrañas y simpáticas. Bueno, esta película tiene personajes muy pintorescos, especialmente Mary, que además de una voz ronca y tierna, tiene incógnitas infantiles super descabelladas. Aun así, Mary vive en un hogar destrozado. Su madre es alcohólica y su padre indiferente. Además, la madre es cleptómana, se apropia de lo que no es de ella. En la escuela, nadie la entiende y se burlan de ella. Hasta que un día, Mary descubrirá la amistad por carta.

A pesar de que la película es del 2009, Mary se vincula con Max a través de la oficina de correo, ya que no posee Internet. Aprovecha que su vecino sufre de agorafobia para utilizar su buzón de correo. Eso del papel y el sobre le dará un toque más romántico a la historia. Max es un adulto que sufre obsesidad y el síndrome de Asperger. El síndrome de Asperger es poco común en las personas, pero existe. Quienes lo sufren no pueden entender las expresiones de los demás, tampoco pueden ser demostrativos. Viven en una rutina constante, no pueden salir de determinada lógica. Lo ilógico del cuestionamiento propio de los niños y otra lógica del mundo de los adultos, van a vincularse muy bien.

Max adelante de su máquina de escribir.
Mary and Max es un drama muy cargado de emociones fuertes con algunos toques de humor. No es una animación para niños. Quizás el aporte más importante de esta historia es mostrar cómo sufre una persona con un síndrome poco conocido por todos nosotros. Es un largometraje lleno de patologías psicológicas y psiquiátricas. Tengamos en cuenta que el director australiano, Adam Elliot, tiene muchos productos parecidos a estos. Pero este, por lejos, es el mejor.

Puntaje: 9

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