Shameless, una serie desvergonzada

Título: Shameless (2004)



por Tincho




Los Gallagher son una familia disfuncional de Manchester. En todos los capítulos deben  resolver un problema nuevo, de alguno de sus numerosos integrantes. Una comedia con toques de “humor negro”.


La familia Gallagher, reunida alrededor del sofá.
En el 2004 se lanzó la serie creada por Paul Abbot y fue tan exitosa que grabaron diez temporadas. Esto hizo que el staff de actores cambiara durante todos estos años. Tanto pegó en la pantalla una familia así, que los yanquis hicieron su propia versión en el 2011. No sé cómo estará, empecé con la versión original y pienso seguir con ella. Sobre todo porque me gustaron las actuaciones y la tonada inglesa de David Threlfall, quien hace el papel de Frank Gallagher, el padre.

La historia comienza con una situación familiar planteada. Frank Gallagher es un alcohólico que vive de una pensión de desempleo y que le pide a sus hijos dinero. Sus hijos (incluso los más niños) hacen de tutores de él, porque es un verdadero desastre. Fiona (Annie Marie Duff), la hija mayor, se ocupa de toda la familia: de Lip, Ian (los adolescentes), Carl, Debbie y Liam (niños). Eso sí, cuenta con la ayuda de sus vecinos: Kevin y Verónica. Fiona conoce a Steve, un novio que roba autos para mantenerse, quien poco a poco se va a ir integrando a la familia. De la madre no hay noticias en los primeros capítulos, después se irá contando qué pasó con ella.

Frank Gallagher con un cigarrillo en la boca.
Los capítulos son filmados en un supuesto barrio de las afueras de Manchester. Sobre todo se utiliza mucho un bar como escenario, que es donde Gallagher va a tomarse unos tragos todos los días. Igual puede dar la impresión que el personaje central causa rechazo, pero increíblemente no. Los guionistas plantean un desastre simpático a tal punto que uno le puede perdonar que le quite los ahorros a Debbie para apostar.

Lo mejor de esta serie es que empieza una historia y termina en un capítulo, con un hilo de continuidad. Y además que sorprende. Nunca esperás lo que va a pasar. Los actores y personajes van y vienen en la historia y el absurdo y los extremos para hacer humor están al servicio de la serie. No es una típica sitcom. Como dice Frank Gallagher, el que se aburre con esto es que no sabe lo que es divertirse.

Puntaje: 7

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