Título original: Tesis sobre un homicidio (2013).
Por Tincho
En esta oportunidad, Ricardo Darín interpreta a Roberto Bermúdez un abogado retirado que da clases sobre derecho penal. En medio de una clase sienten gritos: en la puerta de la facultad de derecho han encontrado un cuerpo mutilado y sin vida.
Bermúdez se obsesiona con este caso, quiere saber quién es el asesino. Cree que es un reto que le han puesto. Y cree saber quién es el criminal, cada detalle que aparece en la escena del crimen se lo confirma. El espectador también cree estar informado, la verdad está al alcance de las manos. Falta saber cómo Bermúdez ata cabos y pruebas para poner a su sospechoso tras las rejas. Sin embargo, el espectador se equivoca. El título de la película dice más de lo que aparenta decir.
Así como el personaje interpretado por Calu Rivero (Laura) nunca corre peligro porque es tesis sobre UN homicidio. De lo contrario estaríamos frente a un asesino serial como en El silencio de los inocenteS. Tampoco el caso va a terminar resuelto porque es una tesis. Todas las tesis tienen hipótesis y una serie de argumentos que las confirman para unos, que las rechazan para otros.
Esta película permite reflexionar sobre algunas ideas del derecho y la justicia. Como en 12 hombres en pugna, pero al revés. Bermúdez está convencido de que alguien es culpable mientras todos presuponen su inocencia. Tendrá que convencer a los demás de su propia tesis.
Tesis sobre un homicidio es una película que logra ser fiel al género suspenso. Mantiene en vilo al espectador desde el principio hasta el final. Las actuaciones de Ricardo Darín y Alberto Ammann llevan la película. Darín está acostumbrado a hacer este tipo de papeles, viene de El secreto de sus ojos y Ammann de Celda 211. A Calu Rivero le falta un poco más de expresión. Y no es que tenga un problema con las mujeres. Es mi apreciación, me hubiese gustado más.
Tesis sobre un homicidio es una película que logra ser fiel al género suspenso. Mantiene en vilo al espectador desde el principio hasta el final. Las actuaciones de Ricardo Darín y Alberto Ammann llevan la película. Darín está acostumbrado a hacer este tipo de papeles, viene de El secreto de sus ojos y Ammann de Celda 211. A Calu Rivero le falta un poco más de expresión. Y no es que tenga un problema con las mujeres. Es mi apreciación, me hubiese gustado más.
El trabajo de Hernán Goldfrid es algo novedoso para el cine argentino. Si bien la película al principio nos hace acordar que estamos mirando una película argentina por el problema de sonido en los diálogos, sobre la mitad toma un cauce diferente. Ah, también nos damos cuenta de que es argentina por el peloteo de palabras totalmente anti naturales de personajes pistolas y por los típicos lugares de Buenos Aires. Pero como dije, sigue siendo una novedad, logra un final inesperado. Ni siquiera el cine hollywoodense hubiese hecho algo así. Y eso me gusta.
0 comentarios:
Publicar un comentario